Hay guerreros que nacen sin armadura
Esta es la historia de Álvaro
Álvaro de Pfaff nació el 13 de julio de 2016 en el Hospital MaternoInfantil de Vall d’Hebron, con sólo 25 semanas de gestación y 650 g, el peso de dos biberones. Durante 96 días estuvo en el Servicio de Neonatología, luchando por sobrevivir.
Su fuerza, el amor de sus padres y de su hermana y los cuidados de sus médicos, hicieron que ahora, celebre un año y tres meses. Ya se veía, lo llevaba en los genes, había nacido para luchar. Álvaro es valiente, perseverante y tiene unas inmensas ganas de vivir. Logró superar las complicaciones de las primeras semanas, y hoy no se pierde ni un detalle del mundo porque para él, los detalles han sido siempre clave.
Es rápido, fuerte, sano. Le gusta correr, bañarse, jugar a la pelota o con coches y mirar cara a cara a los perros. En su mirada está la fuerza de un niño que nació extraordinario. Él sabe lo que tuvo que luchar. Es un niño que da y transmite lo que recibió, una dosis enorme de felicidad, amor y vida. Siempre, junto a Alejandra, su hermana mayor, compañera inseparable de juegos y aventuras. Álvaro es y será un ejemplo de alguien que ha nacido para comerse el mundo. Y como él, todos los bebés que nacen cada día para ser extraordinarios.